¿Qué es la Certificación BREEAM?

Esta certificación fue creada por la entidad británica BRE a principios de los 90, siendo de carácter voluntario y empleando un procedimiento sencillo y transparente de valoración basado en pruebas y comprobaciones reales. Se trata de un método para evaluar el grado de sostenibilidad de los edificios, estimando el comportamiento ambiental de cualquier tipo de construcción, nueva o existente, considerando las particularidades de cada uno de los tipos de edificios, residencial, oficinas, escuelas…

La certificación BREEAM persigue implementar una serie de mejoras de la sostenibilidad de los edificios que se pretenden construir, tales como:

  • Reducir el impacto ambiental durante la vida de los edificios.
  • Establecer unos estándares de calidad superiores a los legales.
  • Estimular la demanda de edificios sostenibles.
  • Realizar una comparativa pública entre edificios.
  • Implantar una etiqueta ecológica reconocida.
  • Estimular la innovación tecnológica en el sector de la construcción.

Evalúa los niveles de sostenibilidad de un edificio, durante las fases de proyecto, ejecución y mantenimiento, tanto en desarrollos urbanísticos como en edificios de nueva construcción, si bien existen también algunos sistemas para la evaluación de edificios ya construidos.

Asimismo, evalúa el edificio con un criterio de créditos divididos en nueve grupos que identifican y premian, por un lado, medidas de mejora del bienestar de los ocupantes y por otro, medidas que contribuyen a la protección del medio ambiente Estos son sus 9 grupos de parámetros:

  • Gestión: Evalúa parámetros sobre puesta en servicio, políticas de gestión de la construcción, guías de funcionamiento y sistema de gestión ambiental.
  • Salud y Bienestar: Evalúa parámetros sobre confort de los ocupantes en áreas como calefacción, iluminación, calidad del aire o ruido.
  • Energía: Evalúa parámetros sobre minimización de consumos energéticos, eficiencia energética de equipamientos e implementación de energías renovables.
  • Transporte: Evalúa parámetros sobre ubicación de la parcela, acceso a transporte público, cercanía a servicios, accesos peatonales e infraestructuras para modos alternativos de transporte.
  • Eficiencia en el consumo de agua: Evalúa parámetros sobre la eficiencia en el consumo de agua de los habitantes.
  • Materiales: Evalúa parámetros sobre materiales con un bajo contenido de energía, tratamiento de recursos materiales de forma responsable y empleo de materiales de bajo impacto ambiental.
  • Residuos: Evalúa parámetros sobre reducción de los residuos generados en la obra y la explotación del edificio.
  • Uso del suelo y ecología: Evalúa parámetros sobre ubicación y tipo se suelo sobre el que se asienta el edificio, así como la protección y valoración de los recursos naturales y la biodiversidad.
  • Contaminación: Evalúa parámetros sobre minimización de la huella medioambiental.

A la evaluación de los requisitos exigidos se suma la puntuación otorgada en cada categoría, obteniendo la calificación definitiva, la cual se pondera a través de un factor medioambiental. Por último, se le añade una puntuación por innovación y se obtiene la clasificación final, que va del aprobado, bueno, muy Bueno, excelente y excepcional, acompañada de un número de estrellas de uno a cinco.

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