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El grupo electrógeno en el nuevo escenario de las microgrid

El grupo electrógeno en el nuevo escenario de las microgrid

Desde 2010, la demanda de energía primaria se habría multiplicado por 1,5 y las previsiones, según la Agencia Internacional de Energía (IEA), son que en 2040 haya crecido un 32%. Para hacerlo sostenible, es necesario recomponer el mix energético y dar paso a energías más limpias, donde el grupo electrógeno jugaría un rol crucial. Las microgrid, sistemas conectados o no a la red, son el sistema más desarrollado hasta el momento y pueden combinar distintas tecnologías convencionales y renovables.

La llamada Generación Distribuida permitiría llevar la producción de energía allí donde existe, con unidades que, trabajando de manera autónoma y sin dependencia de la red eléctrica, pueden producir energía de manera continua y sostenible.

En este sentido, las microgrid son el modelo de Generación Distribuida más desarrollado hasta el momento. Se trata de sistemas conectados o no a la red, que pueden combinar distintas tecnologías convencionales y renovables. Estas tienen dos elementos característicos: el control, la parte más inteligente, que predice los consumos y los ciclos de trabajo; y los dispositivos de almacenamiento, el corazón de una microgrid, que junto a la electrónica de potencia permiten compensar las variaciones de carga de las renovables y ser mucho más eficaces en la producción de energía.

Actualmente un tercio de la energía que suministran las microgrid procede de grupos electrógenos, otro tercio de energía eólica y el resto de microturbinas, paneles solares o celdas de combustible. Aunque la tendencia global es combinar las distintas tecnologías para eliminar los aspectos negativos de cada una de ellas usadas individualmente y para reducir la dependencia de los recursos fósiles.

La integración de grupos electrógenos en estos sistemas de hibridación aseguraría que le energía estará siempre disponible. Los generadores funcionarían como una alternativa de almacenamiento, la cual puede proporcionar una respuesta muy rápida cuando hay variaciones de carga. Su combinación con un sistema de gestión inteligente permitiría planificar a la perfección las horas de funcionamiento, así como incrementar enormemente la eficiencia de la microgrid.

Las soluciones híbridas reúnen una serie de características comunes, tal y como ha explicado Massimo Brotto, director de Ingeniería Comercial en HIMOINSA:

  • Son lugares que no están conectados a la red o tienen tarifas eléctricas excesivamente elevadas.
  • Su demanda llega hasta los 5MW, con cerca de 4.000 horas de funcionamiento al año. La situación ideal para una planta híbrida es que la mayor parte de la demanda se produzca durante el día cuando las fuentes solares están disponibles.
  • Registran altos niveles de exposición al sol o al viento. Para rentabilizar la inversión, la irradiación solar debería superar los 1.300kWh/kWp o, en su caso, la exposición eólica debería ser al menos de 4 m/s. Países como Chile, Perú, India, o regiones como el Caribe, Asia Pacífico, Oriente Medio y el norte de África son algunas zonas geográficas que reúnen todas esas condiciones naturales óptimas para el aprovechamiento de la instalación.
  • Cuentan con espacio suficiente para la instalación de los paneles solares. En el caso de que ésta se realice sobre un tejado, la ratio debería rondar los 10 metros cuadrados por cada kW que se produce. Si se realiza en tierra, harían falta 20 kilómetros cuadrados por MW.

Entre las conclusiones de Brotto, se encuentra el «papel incuestionable» de los grupos electrógenos  en la transición de la producción convencional de energía a fórmulas más renovables. Igualmente, ha destacado que su capacidad para asegurar la disponibilidad de la energía para abastecer una demanda cada vez mayor y más exigente en términos medioambientales, la convertirían en «una sólida solución para la inestabilidad intrínseca de las renovables y una valiosa alternativa de almacenamiento». Por último, en cuanto a los generadores, ha manifestado que estos proporcionarían una respuesta rápida cuando se producen variaciones de carga e, integrados en la gestión de una smartgrid, permitirían planificar el funcionamiento e incrementar la eficiencia de todo el sistema.

Resumen del texto original de Massimo Brotto, director de Ingeniería Comercial en HIMOINSA.
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