El consumo de cemento se reactiva en 2018, por segundo año consecutivo
El consumo de cemento ha cerrado 2018 con un crecimiento del 8%, situándolo en 13,4 millones de toneladas. Se trata del segundo año de recuperación de la actividad.
Según ha aportado Jesús Ortiz, presidente de Oficemen, en la rueda de prensa celebrada esta mañana, el consumo de cemento en España en 2018 ha sido de 13,4 millones de toneladas. De esta información se desprenden dos mensajes, tal y como ha asegurado Ortiz:
En primer lugar, tras 10 años de crisis, es el segundo año de recuperación de la actividad, pasando de las 12,4 millones de toneladas en 2017 a las 13,4 en 2018. En este sentido, ha querido destacar que, anterior a estas cifras, el sector de la construcción ha estado 5 años estancado en 11,4 millones de toneladas de consumo.
En segundo lugar, el consumo de cemento se ha reactivado en un 8% en 2018. Pero, a pesar de que se publican datos de licitación oficial muy positivos, la realidad, según sus datos, es que la obra civil no solo sigue estancada, sino que ha decrecido un 14% en 2018, situándonos en mínimos históricos de actividad.
Respecto a los segmentos de actividad, el presidente de Oficemen compara este nivel de consumo de cemento con lo que debería ser un dato normalizado, que se situaría en torno a 22 millones de toneladas. De este modo, la demanda, en conjunto, se sitúa en un 40% por debajo de lo que sería un nivel normal de consumo para un país como España.
De nuevo, el sector peor parado es el de la obra civil, a un 49% de los que sería un nivel normalizado de actividad. Si bien es cierto que la vivienda se está recuperando, con 100.000 viviendas en 2018, el sector sigue estando por debajo del nivel similar al período 1970-1995.
Asimismo, Jesús Ortiz ha querido destacar que la obra pública, históricamente, solía estar en torno a un 60% en el volumen de actividad de la construcción y, actualmente, se encuentra en un 45%. Y, por primera vez, la suma de vivienda y edificación no residencial ha superado la actividad en volumen del sector de la obra civil. Estos datos nos sitúan por debajo de la media europea, con un consumo de cemento a niveles de 1967.
En concreto, el presidente de Oficemen ha afirmado que 2018 ha sido un año bastante atípico, en un escenario de cierta desaceleración, que continuará en 2019 marcado por una cierta incertidumbre, también por la agenda política que se presenta.
En este contexto, se espera un crecimiento en el consumo de cemento en una horquilla del 3 al 6%, con un ligero incremento en edificación no residencial, en torno al 8-10%; un crecimiento más moderado de la vivienda y la actividad estancada en la obra pública.
También, Ortiz ha hablado de la actividad exportadora. En los últimos dos años, hemos perdido 2 millones de toneladas en los mercados internacionales, la producción equivalente a tres fábricas de cemento. Esto se ha debido al factor competitividad, deteriorada por dos elementos: por la inflación en el coste de la energía y el repunte de los precios los derechos de emisión de CO2, que se han triplicado en 2018.
Por estos motivos, desde Oficemen desean enviar un mensaje al Gobierno y las administraciones públicas: la necesidad de su industria de un estatuto para consumidores electrointensivos, “a efectos de disponer de un marco regulatorio y marco de costes eléctricos”, conforme a otros países del entorno europeo, con los que deben competir en los mercados internacionales.
Está a punto de salir el Estatuto del Consumidor Electrointensivo, que permitirá a la industria cementera, además de a otras industrias electrointensivas, disponer de medidas compensatorias equivalentes a las de países de nuestro entorno y competir en igualdad de condiciones en mercados exteriores.
Sobre las infraestructuras, Ortiz ha apuntado que la inversión pública sigue en mínimos, lo cual estaría llevando a una situación de deterioro en la calidad de las infraestructuras. “España necesita acometer obras prioritarias tanto en infraestructuras de transporte, de agua y medio ambiente”, ha manifestado. No hay que olvidarse de los nuevos desafíos del cambio climático o de transición energética, lo que requerirá nuevas infraestructuras, así como una apuesta en el ahorro energético de la construcción.
Por último, Jesús Ortiz ha querido recordar que han presentado su agenda sectorial, junto con el Ministerio de Industria, a principios de diciembre, que marca las pautas sobre lo que puede aportar esta industria a la economía y a la sociedad, si se acometen las inversiones y las actividades en construcción que necesita este país.
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