ANEFA celebra su Asamblea Anual en Santiago de Compostela
Los empresarios del sector de los áridos de toda España integrados en ANEFA, la Asociación Nacional de Empresarios Fabricantes de Áridos, participan en su Asamblea General Anual, que se celebra excepcionalmente en Santiago de Compostela, con motivo del V Congreso Nacional de Áridos.
Ramón Ruberte Auré, presidente de ANEFA, ha puesto de manifiesto la importancia del sector de los áridos como industria que “construye país”. Una vez consolidados los datos estadísticos de consumo de áridos para 2017, el crecimiento ha sido finalmente más importante de lo previsto, alcanzando el +10%, pero siempre partiendo desde valores todavía muy bajos y con gran variabilidad territorial.
Las perspectivas iniciales para 2018 hacían esperar otro año de crecimiento sostenido pero, ya acabando el año, nuevamente, la convulsa y cambiante situación política ha hecho que se vuelvan a sembrar las dudas sobre el comportamiento futuro del consumo. El sector espera que, el hecho de estar inmersos en el periodo preelectoral de cara a la mayoría de elecciones autonómicas, a las municipales y a las europeas, haga que se dinamice la demanda de las diferentes Administraciones locales.
Los recientes cambios en el Ministerio de Fomento y en las empresas públicas han ralentizado o incluso paralizado la tramitación de las licitaciones, las adjudicaciones y las ejecuciones de obras, aunque el sector confía en que esto será temporal. Más problemática se vislumbra la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2019 y la dotación de más gasto social no productivo, en detrimento de la inversión en obra pública, ahora mismo tan necesaria después de tantos años de desinversión. Además, las bajas temerarias y los aplazamientos de pagos siguen siendo un mal endémico que perjudica enormemente al conjunto del Sector.
Afortunadamente, los indicadores relacionados con la edificación residencial (visados, viviendas iniciadas, precio de la vivienda, acceso a la financiación, etc.) y la edificación no residencial (industrial, logística, usos terciarios, etc.) se siguen comportando positivamente, aunque también con muchas desigualdades territoriales, lo que está paliando, en buena medida, el déficit de obra civil.
Por eso, a pesar de todo, el sector confía en que 2018 y 2019 serán otros años de crecimiento para esta industria, en el conjunto del país, aunque con grandes variaciones territoriales e, incluso, alguna Comunidad Autónoma en retroceso. Tras 10 años de crisis, las capacidades productivas de las empresas están limitadas, con necesidad de crecer en productividad y eficiencia, mientras que las exigencias para el sector siguen aumentando. Cada vez, es más clara la necesidad de que la fase de expansión de la demanda de áridos se consolide, para que las empresas puedan adoptar las decisiones de inversión que esta actividad necesita.
A las puertas del V Congreso Nacional de Áridos, la verdad es que las expectativas de este gran encuentro del sector son excelentes. Además de cerca de 200 comunicaciones y unos 35 posters, se han conformado unas mesas redondas magníficas sobre las cuestiones más candentes para nuestras empresas. Todo ello acompañado por una exposición comercial que ha batido records de interés, con más de 60 stands.
La situación económica del sector de la construcción y, particularmente, la de esta industria, son temas prioritarios, así como las soluciones para afrontar la crisis y las numerosas iniciativas de ANEFA para defender los intereses de las empresas miembro, en todos los ámbitos de la actividad.
Previamente a la Asamblea, se ha presentado a los medios de comunicación el INFORME ESTADÍSTICO ANUAL DEL SECTOR DE LOS ÁRIDOS, elaborado por la Asociación.
Las empresas miembro adherido Maxam, Peris Correduría de Seguros, Finanzauto y SIMECAL colaboran en el patrocinio de la Asamblea.
El consumo de áridos no termina de consolidar su frágil recuperación
El sector de los áridos es el principal suministrador de materias primas para la construcción de infraestructuras, para la edificación, para la industria y para la protección del medio ambiente, lo que le confiere el carácter de industria estratégica.
Es la segunda materia prima más consumida por el hombre después del agua y cada español ha consumido, en 2017, unos 2.285 kilogramos anuales, es decir unos 6,25 kilogramos diarios (en 2007 se consumieron cerca de 33 kilogramos diarios).
Los áridos se emplean en estas obras, como hormigón preparado, prefabricados de hormigón (el 80% del hormigón son áridos), mortero, aglomerados asfálticos (el 95% son áridos), construcción de carreteras (el 94% de los materiales necesarios para una carretera son áridos), ferrocarriles (balasto), etc.
Estos materiales se emplean, mayoritariamente, en las etapas iniciales de las obras, por lo que la evolución de su consumo es un buen indicador adelantado de la eficacia de los planes de infraestructuras.
El año 2017 ha sido el ejercicio en el que el consumo nacional de áridos más ha crecido desde 2007, después de 2014 (+1,2%) y 2015 (+7,7%).
Según las estimaciones finales de la Federación de Áridos, el año 2017 se ha cerrado con un crecimiento del 10,5%, para un consumo total de áridos naturales para la construcción de 110,5 millones de toneladas, pero con variaciones territoriales importantes y dos Comunidades Autónomas todavía en decrecimiento. A esta cantidad hay que añadir cerca de un millón de toneladas de áridos reciclados y otro medio millón de toneladas de áridos artificiales. El consumo total de áridos para la construcción alcanzó los 112 millones de toneladas.
Es importante resaltar cómo la aplicación de los principios de la economía circular va avanzando de forma progresiva. Además, de los áridos reciclados y artificiales, ya citados, dentro de las cifras de áridos naturales, se contabilizan 4,5 millones de toneladas de áridos procedentes de otras industrias extractivas que los producen como subproductos de los procesos de extracción y tratamiento principales. Es decir que, sobre los 112 millones de toneladas de áridos producidos en 2017, 6 millones de toneladas (5,5%) no proceden de explotaciones de áridos.
- Se confirma así el cambio de tendencia y, tras un año 2016 de ligero retroceso, el sector volvió a crecer, aunque los volúmenes de consumo sean todavía claramente muy insuficientes para poder hablar de recuperación, tras haber tocado fondo en 2013, año en el que alcanzó los mínimos históricos, de 94,5 millones de toneladas.
- Esta tendencia es muy similar a las registradas para los sectores afines.
- Desde el máximo previo a la crisis (2006), momento en el que la producción era de 486 Mt, el consumo de áridos para la construcción sigue en el -76,93% de lo registrado aquel año.
- La distribución del consumo de áridos naturales para la construcción en función de las aplicaciones es la que se recoge a continuación:
En 2018, se ha procedido a modificar y a ajustar el procedimiento de cálculo del consumo de áridos para otras aplicaciones industriales. De acuerdo con este nuevo procedimiento, las canteras de áridos produjeron, asimismo, 40,8 millones de toneladas de áridos industriales con destino a la fabricación de aglomerantes, a la de productos cerámicos, a otros usos industriales a la industria alimentaria y a la exportación.
El 79% del consumo de los áridos industriales se destina a la fabricación de cementos y cales, que suman 32,2 millones de toneladas. Le siguen en importancia la industria del vidrio (1,8 Mt; 4,5%), la industria química básica (1,5 Mt; 3,7%), la metalurgia básica (1,1 Mt; 2,6%), agricultura y jardinería (0,9 Mt; 2,3%) y exportación (0,9 Mt; 2,2%).
Por lo tanto, en 2017, se consumieron 152,8 millones de toneladas de áridos para el conjunto de aplicaciones.
En cuanto a su origen, los áridos proceden muy mayoritariamente de cantera (73,7%). El 22,3% procede de graveras, en claro retroceso, el 3,0% se origina como subproducto en otras explotaciones mineras, el 0,7% se produce en plantas de RCD y el 0,3% en plantas de fabricación de áridos artificiales.
Volumen de negocio y empleo
Se estima en 491,3 millones de euros el volumen de negocio del sector de áridos para la construcción, excluido el transporte.
El volumen de negocio de los áridos para otros usos industriales ascendió a 211,9 millones de euros.
Por lo tanto, el volumen de negocio total alcanzó los 703,2 millones de euros.
El empleo directo asciende a 8.248 trabajadores, a los que hay que sumar otros 13.321 indirectos, para un total de 21.569 trabajadores, según los datos de la estadística Minera de España (2016) y datos propios.
Distribución territorial del consumo de áridos naturales para la construcción
En otro orden de cosas, el crecimiento del consumo de áridos para la construcción, en 2017, muestra una evolución territorial positiva en la mayoría de Comunidades Autónomas, retrocediendo únicamente en el Principado de Asturias (-9,2%) y Cantabria (-4,3%). La Rioja (+1,2%) y Extremadura (+4,2%) son las dos Comunidades Autónomas con el crecimiento más débil.
Por el contrario, La Comunidad Valenciana (+14,3%), Madrid (+13,9%), Murcia (+12,1%) y el País Vasco (+12,0%), han tenido un comportamiento más positivo en crecimiento porcentual, aunque las variaciones absolutas en volumen de consumo son todavía casi inapreciables.
Navarra (-52,1%), Castilla y León (-65,7%), Galicia (-65,9%) y La Rioja (-67,1%), y son, por este orden, las Comunidades Autónomas con menor incidencia desde el inicio de la crisis. En el otro extremo se sitúan la Región de Murcia (-84,8%), Canarias (-84,7%), Andalucía (-84,3%), la Comunidad Valenciana (-83,3%), Madrid (-82,9%) y Extremadura (-82,1%), con retrocesos netamente superiores al -80%. Con un promedio global de -77,2%.
Desde 2006, cuando el consumo de áridos por habitante en España era uno de los más importantes de Europa, con cerca de 12 toneladas / habitante / año, esta cifra ha sufrido una reducción considerable.
A pesar del incremento de 2017, hasta las 2,4 toneladas / habitante / año, sigue netamente por debajo de la media europea (5,2 toneladas / habitante / año). Estos valores son más propios de países subdesarrollados del tercer mundo que de una economía occidental integrada en la UE como la española. De los 39 países Europeos para los que la UEPG elabora estadísticas, España ocupa el penúltimo puesto, entre Italia y Macedonia.
Destacan por lo negativo de los valores que presentan, la Comunidad Valenciana (1,2 t/hab./año), la Comunidad de Madrid (1,3 t/hab./año), Canarias (1,4 t/hab./año) y Andalucía (1,7 t/hab./año). Navarra (6,5 t/hab./año) es la única Comunidad Autónoma con consumos superiores a la media europea.
Actualmente, España – que se encontraba en segunda posición en 2006 – ocupa el noveno lugar de Europa en producción total de áridos, por detrás de Rusia, Alemania, Turquía, Francia, Polonia, Reino Unido, Italia y Austria.
El sector de los áridos, primera industria extractiva española
Como resumen de los datos anteriores, contextualizados en los de la Estadística Minera de España, el subsector de los áridos representa, respecto al conjunto de la industria extractiva española:
- 1er subsector en empleo directo con el 40% del total.
- 1er subsector en número de explotaciones activas con el 64% del total.
- 1er subsector en volumen de producción con el 78% del total de las rocas y minerales extraídas.
- 2º subsector en volumen de negocio con el 24% del total, tras la minería metálica.
Perspectivas para 2018
Las perspectivas iniciales para 2018 hacían esperar otro año de crecimiento sostenido pero, ya acabando el año, nuevamente, la convulsa y cambiante situación política ha hecho que se vuelvan a sembrar las dudas sobre el comportamiento futuro del consumo. El sector espera que, el hecho de estar inmersos en el periodo preelectoral de cara a la mayoría de elecciones autonómicas, a las municipales y a las europeas, haga que se dinamice la demanda de las diferentes Administraciones locales.
Los recientes cambios en el Ministerio de Fomento y en las empresas públicas han ralentizado o incluso paralizado la tramitación de las licitaciones, las adjudicaciones y las ejecuciones de obras, aunque el sector confía en que esto será temporal. Las necesidades de inversión en mantenimiento de infraestructuras son cada vez más acuciantes, ante el importante deterioro que están experimentando en lo últimos años.
Afortunadamente, los indicadores relacionados con la edificación residencial (visados, viviendas iniciadas, precio de la vivienda, acceso a la financiación, etc.) y la edificación no residencial (industrial, logística, usos terciarios, etc.) se siguen comportando positivamente, aunque también con muchas desigualdades territoriales, lo que está paliando, en buena medida, el déficit de obra civil. No obstante, algunos indicadores de la construcción están mostrando síntomas de agotamiento en la segunda mitad de 2018.
Esto, unido al impacto de los altos costes de la energía, puede suponer un nuevo motivo de enfriamiento de la construcción, antes de que realmente haya llegado a arrancar de forma sostenida.
A pesar de todo, el sector confía en que 2018 y 2019 serán otros años de crecimiento para esta industria, en el conjunto del país, aunque con grandes variaciones territoriales e, incluso, alguna Comunidad Autónoma en retroceso.
Con todos estos datos, el sector ha reducido recientemente sus previsiones iniciales de crecimiento (10%) al entorno del 7%, algo por debajo de los 120 millones de toneladas y muy lejos de los valores que deberían corresponder a un país del nivel de España.
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